Las plantas son un elemento de decoración muy importante, ya sean verdes o en flor, forman bonitos escenarios que nos ayudan a crear ambientes muy personales, pero también son seres vivos y como tales deben alimentarse correctamente.

A todos nos gusta rodearnos de belleza, y si es belleza natural aún más. Para que nuestras plantas luzcan espléndidas, sanas y vigorosas debemos abonarlas periódicamente.

La primavera es un momento de crecimiento y floración por que es más necesario que nunca alimentar bien a nuestras plantas. En términos generales es aconsejable abonar cada 15 días las plantas que viven en maceta y 1 vez al mes las plantas de jardín. 

La importancia de abonar

Aunque nos centremos en cómo abonar las plantas en primavera, no perdamos algo de vista: no es el único momento comprometido del año, ni el único que demanda esta tarea. Hacerlo en otoño es tanto o más importante que fertilizar en los meses de buen tiempo. Solo gracias a este gesto podremos preparar a nuestras plantas para afrontar los meses de descanso, y sobrevivir a las bajas temperaturas.

Pero fertilizar las plantas en primavera, nos ayudará también a controlar las plagas. Unas plantas fuertes y sanas resistirán mucho mejor las enfermedades o plagas.  De alguna manera, estamos estimulando sus defensas.

Los meses de abril/mayo son los mejores para abonar los árboles, los arbustos, el césped y los árboles de temporada.

¿Cómo abonar?

Un correcto abonado asegura que los nutrientes sean correctamente absorbidos por las plantas y que estas estarán bien preparadas para soportar los venideros meses de calor.

Algo que debes tener en cuenta es que nunca debes fertilizar a pleno sol. El riesgo de que quemes la planta es enorme. Recuerda la combinación sol y fertilizante puede ser letal.

 

Arranca las malas hierbas antes de abonar

Es de sentido común, si abonas sin arrancar las malas hierbas, estarás alimentándolas también a ellas y favorecerás su enraizamiento y crecimiento.

Otro tema importante a tener en cuenta a la hora de abonar es el lugar dónde se encuentran plantadas las plantas o los arbustos. No es lo mismo abonar una planta en maceta que una que está plantada en el suelo.

Abonar plantas plantadas en suelo

En el caso de las plantas plantadas directamente en tierra y al margen de abonos orgánicos, lo idóneo es optar por abonos granulados ya no solo fertilizan la planta sino también toda la tierra alrededor de nuestras plantas.

Para plantas en suelo y salvo excepciones específicas, lo ideal es una dosis de fertilizante al mes desde el comienzo de la primavera hasta el final del verano.

Abonar plantas plantadas en maceta

Las plantas plantadas en macetas un abonado regular y en dosis superiores a las plantadas en el jardín. Su única fuente de alimento está limitada a un reducido espacio, la maceta. Es este caso, los abonos líquidos, son sin duda la mejor opción. Este tipo de abono se diluye en el agua de riego, lo que facilita la absorción de nutrientes y su efecto es mucho más rápido.

¿Cuál es el abono más conveniente?

Debes elegir el abono más adecuado para cada tipo de planta y para cada época del año. También es importante el lugar dónde están plantados los árboles, arbustos y plantas, para determinar el tipo de abono más conveniente. Existe el abono universal que sirve a todo tipo de plantas y siempre resulta una excelente opción. Pero si quieres potenciar las características de cada planta, puedes utilizar los abonos especializados que hoy en día existen en el mercado. Por ejemplo, el abono azul, específico para potenciar el color de las hortensias o el abono especial geranios, que favorece la floración y el color.

Por otro lado, encontramos los abonos de minerales y los abonos de liberación lenta, estos son una buena solución para fertilizar al inicio de la primavera ya que las plantas están despertando del letargo del invierno y su metabolismo es aún lento. Con estos abonos favoreceremos la asimilación de nutrientes por parte de la planta y también el desarrollo de sus partes verdes.

Desde mediados de primavera en adelante, lo ideal es cambiar a un abono específico. Uno para plantas de flor que promueva la floración, otro para plantas ácidas si las tenemos, otro para arbustos …

Los fertilizantes líquidos son los más fáciles de usar. Se añaden al agua de riego según la dosis recomendada por el fabricante. También son los que más concentración de nutrientes presentan.

Abonar de manera constante y regular

Si optamos por abonos orgánicos, su pauta será inferior a la de los abonos químicos. Basta con echar un vistazo a cómo usar humus de lombriz correctamente para saber que este tipo de fertilizantes demandan una aplicación más esporádica. Importante: a pesar de que son sumamente eficaces, no hay que perder de vista que su capacidad de actuación es más lenta que en el caso de los abonos inorgánicos.

Si por el contrario optamos por los químicos, es fundamental seguir con rigor las aplicaciones. Este tipo de abonos cuentan con altas concentraciones de nutrientes y micro-nutrientes, pero solo son efectivos si los aplicamos con regularidad.